Con demasiada frecuencia nos imponen una supuesta realidad, y ocultan esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

viernes, 30 de abril de 2010

Triunfadores universales

La historia de la Humanidad siempre ha estado repleta de personajes que, dentro de sus dedicaciones, sus habilidades, su especialidad o su empeño han destacado sobre todos los demás. El trabajo de cada uno de ellos, dentro de sus respectivos campos, ha sido excepcional porque su labor y su entrega, y la difusión y el conocimiento de los resultados de los mismos han sido y son vitales para el desarrollo y la evolución del planeta. Todos ellos, los que han realizado su gran o pequeña aportación para mejorar cualquiera de los diferentes aspectos que componen la vida humana son triunfadores, porque han logrado el reconocimiento de los demás, y sus esfuerzos repercuten, de un modo u otro, en el resto de la sociedad que les acoge. Desde el descubridor de la rueda a los pensadores, científicos y creadores de todos los tiempos capaces de aportar una idea novedosa y positiva del desarrollo social, son triunfadores.

Con un planeta cada vez más convertido en la “aldea global” propugnada por el pensador canadiense Marshall Mcluhan en la década de los 60 gracias a la evolución de las tecnologías de la información, en estos momentos, casi todo lo que sucede en el mundo se conoce rápidamente es esa pequeña aldea a la que, los sistemas de difusión y comunicación, han reducido al globo terráqueo. Tener más acceso a la información real y actualizada, conocer los avances, las mejoras, las nuevas técnicas, las tendencias,… y ponerlas en común, repercute en una evolución más acelerada del progreso y de todo cuanto le acompaña.

La revolución de la información y su instantaneidad también han facilitado la diversificación del conocimiento abriéndose los campos de investigación y de creación hasta el infinito. A más variedad de conocimientos y creaciones, más promoción de los mismos, con la posibilidad de estudiar los matices cada vez más minuciosamente.

El motor de la evolución histórica, el ansia de conocimiento; con su acelerador al máximo, la difusión del mismo. El añadido de que ese conocimiento, en muchos casos, provoca las mejores condiciones de vida del ser humano, iniciaba el bucle infrenable de la evolución en la que nos encontramos. Lastima que en esta promoción también se potencien aspectos tan materialistas como el dinero y las riquezas, y con ellos el egoísmo y la falta de humanidad; pero nos ocuparemos sólo de los positivos.

La invención de la imprenta en el siglo XV supuso una revolución para el conocimiento y la difusión de la información. El conocimiento, la sabiduría, podían perpetuarse y difundirse más fácilmente. La informática e Internet son la revolución definitiva. Los campos del conocimiento y la creación se han multiplicado, y con ellos los triunfadores en las diferentes facetas, y también que se les conozca más. Hay triunfadores en la investigación: medicina, química, tecnología,…; en arte: música, cine, literatura,…; en deporte: baloncesto, tenis, motor,…

La universalización de los conocimientos y la creación también conlleva la de sus triunfadores, y, como no, la adorada categorización de su triunfo. En la cúspide de los triunfadores, se encuentra el mejor del mundo. Con las limitaciones de quienes toman la decisión, se puede aceptar que ser considerado el campeón del mundo en algo es ser un triunfador universal, porque se te conoce en todo el planeta.

De entre todos estos triunfadores universales, por la materia de la que se trata, ya que toda la humanidad la aprecia, porque mezcla tradición, creación, investigación e imaginación y porque la practican todas las culturas del mundo y está al alcance de cualquiera poder hacerla, y por muchas cosas más,

el que me parece más meritorio es el de Ferrán Adrià. El alma de El Bulli no ha logrado que su restaurante sea este año el mejor del mundo. Ni falta que le hace. Ya lo ha sido en los cuatro últimos años, además de en 2002 y para rematar ha sido coronado como chef de la década.

Todo ello avala su categoría como triunfador universal. Además, Adrià, transmite ese aire de ser humano, sencillo, nada presuntuoso, respetuoso, sereno, amigo de sus amigos, amante de su trabajo,... todo un triunfador en su vida personal también.

Llegar a ser un triunfador universal como Ferrán Adrià es difícil, aunque no estaría de menos dedicarnos a mejorar nuestra cocina y nuestra alimentación o que empleemos algo más de tiempo a eso que nos gusta o se nos da bien para tratar de triunfar, pero en cualquier caso, mira a tu alrededor, tus amigos, tu familia, tus compañeros, tus relaciones,…y después mira en tu interior. Todo eso es el universo en el que te mueves y te has movido, y amplías con cada nueva experiencia. Haz que todo él sea sereno y tranquilo, que tus relaciones sean lo más satisfactorias posibles, y tu también serás un triunfador universal.

1 comentario:

  1. Saludos Javier, es un placer leerte.

    No veo que diferencia existe entre los triunfadores y los esclavos, a fin de cuentas dos caras de una misma moneda, complementarios por naturaleza y dependientes el uno del otro, falso, completamente falso, no existe una linea divisoria, sencillamente lo uno conlleva lo otro.

    Un abrazo

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