Desde que
llegaran al poder las hordas populares se sabía que el ente público RTVE iba a
ser una de sus más virulentas víctimas, pues contábamos con los precedentes de
los gobiernos de Aznar y su inefable Alfredo Urdaci, o de los de otros ínclitos
populares en Telemadrid o Canal Nou valenciano. La cuestión era, pues, hasta
que punto iban a llegar en su regeneración, para así hacernos a la idea de cual
podía ser el parangón para el resto de sus actuaciones.
Tras
realizar una notable purga ideológica entre sus profesionales, destrozar la
calidad de sus programas hasta relegarlos a horarios intempestivos y convertir
la programación en un bucle de mediocridades o repeticiones que han relegado
sus audiencias a mínimos históricos. Los sucesivos recortes, siguiendo un “Plan
de eficiencia” desde 2012, han llevado al ente a la ruina, pues a pesar de los
mismos sigue generando déficit y es muy probable que el siguiente sacrificio
sea el cierre del canal Teledeporte, no en vano es el único que no les sirve
para difundir su propaganda, pues el deporte es aséptico.
Cabe
preguntarse cómo después de tanto recorte en personal y calidad sigue
generándose déficit. Quizás parte de la explicación se encuentre en acontecimientos
como la final de la champions entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid
celebrada el pasado 24 de mayo en Lisboa. El ente público desplazó a la capital
portuguesa cerca de centenar y medio de personas, incluyendo una veintena de
directivos, con los gastos de viajes y dietas correspondientes. Hasta la propia
organización se sorprendió de la petición de tantas acreditaciones, puesto que
toda la parte técnica corría por cuenta de un canal privado, que apenas
desplazó medio centenar de profesionales para cubrir un evento al que media
capital madrileña quería acudir. Muchos de los excesos en las regeneraciones de
Telemadrid y Canal Nou, efectuadas por administraciones populares, también iban
destinados a agasajar colegas y premiar
adeptos, mientras se recortaba en calidad y personal.
En realidad
el regenerador ejemplo televisivo es el seguido en todo aquello que se quiere
privatizar, incluidas sanidad y educación. Los recortes en personal y medios
degeneran la calidad del servicio, lo que se agrava con la pésima gestión
presupuestaria. De ese modo demonizan la pésima gestión pública, de la que son
responsables, y alaban la excelente gestión privada que engordará sus bolsillos
y los de sus amigos, mientras sólo presta el servicio a quien lo puede pagar.
Esa es la finalidad de la regeneración neoliberal.
Y si todo eso no funciona, se aprueba un decreto-ley, casi, casi, como hacía Francisco Franco Bahamonde, y otros absolutistas grandes de España, tanto como pretenden serlo muchos de nuestros actuales dirigentes.
Y si todo eso no funciona, se aprueba un decreto-ley, casi, casi, como hacía Francisco Franco Bahamonde, y otros absolutistas grandes de España, tanto como pretenden serlo muchos de nuestros actuales dirigentes.
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