Con demasiada frecuencia nos imponen una supuesta realidad, y ocultan esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

viernes, 11 de julio de 2014

El regenerador ejemplo televisivo



Desde que llegaran al poder las hordas populares se sabía que el ente público RTVE iba a ser una de sus más virulentas víctimas, pues contábamos con los precedentes de los gobiernos de Aznar y su inefable Alfredo Urdaci, o de los de otros ínclitos populares en Telemadrid o Canal Nou valenciano. La cuestión era, pues, hasta que punto iban a llegar en su regeneración, para así hacernos a la idea de cual podía ser el parangón para el resto de sus actuaciones.
Tras realizar una notable purga ideológica entre sus profesionales, destrozar la calidad de sus programas hasta relegarlos a horarios intempestivos y convertir la programación en un bucle de mediocridades o repeticiones que han relegado sus audiencias a mínimos históricos. Los sucesivos recortes, siguiendo un “Plan de eficiencia” desde 2012, han llevado al ente a la ruina, pues a pesar de los mismos sigue generando déficit y es muy probable que el siguiente sacrificio sea el cierre del canal Teledeporte, no en vano es el único que no les sirve para difundir su propaganda, pues el deporte es aséptico.
Cabe preguntarse cómo después de tanto recorte en personal y calidad sigue generándose déficit. Quizás parte de la explicación se encuentre en acontecimientos como la final de la champions entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid celebrada el pasado 24 de mayo en Lisboa. El ente público desplazó a la capital portuguesa cerca de centenar y medio de personas, incluyendo una veintena de directivos, con los gastos de viajes y dietas correspondientes. Hasta la propia organización se sorprendió de la petición de tantas acreditaciones, puesto que toda la parte técnica corría por cuenta de un canal privado, que apenas desplazó medio centenar de profesionales para cubrir un evento al que media capital madrileña quería acudir. Muchos de los excesos en las regeneraciones de Telemadrid y Canal Nou, efectuadas por administraciones populares, también iban destinados a agasajar  colegas y premiar adeptos, mientras se recortaba en calidad y personal.
En realidad el regenerador ejemplo televisivo es el seguido en todo aquello que se quiere privatizar, incluidas sanidad y educación. Los recortes en personal y medios degeneran la calidad del servicio, lo que se agrava con la pésima gestión presupuestaria. De ese modo demonizan la pésima gestión pública, de la que son responsables, y alaban la excelente gestión privada que engordará sus bolsillos y los de sus amigos, mientras sólo presta el servicio a quien lo puede pagar. Esa es la finalidad de la regeneración neoliberal. 
Y si todo eso no funciona, se aprueba un decreto-ley, casi, casi, como hacía Francisco Franco Bahamonde, y otros absolutistas grandes de España, tanto como pretenden serlo muchos de nuestros actuales dirigentes.

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